viernes, 21 de octubre de 2016

Eugenio no corrige exámenes

Cuando me vine a vivir a Maracaibo tuve que hacer un nuevo doctorado. El de los aires acondicionados. Para un tipo que vivía en San Antonio de los Altos, eso de que un aparato enfriara el aire a mi alrededor nunca me importó. Aquí me enteré que los hay de ventana, splits, centrales (todos ellos eléctricos o a gas) y con diferentes potencias, marcas y apreciaciones de parte del público que llegan literalmente al infinito. Como yo era un verdadero neófito en todas esas artes, fui sopesando las opiniones de cuanto maracucho conocía para comprar mi respectivo primer aire acondicionado.

El día que tuve la dicha de adquirir el fulano aparato, comenzó formalmente mi nuevo programa de formación. Resultó que a esas cosas hay que hacerles mantenimientos y chequeos muy regulares (de todo tipo) y al cabo de unos meses, para mi desgracia (sobre todo por los reclamos de mi familia), el “aire” se echó a perder. Fue allí, para mi fortuna, donde conocí a mi amigo Eugenio.

Eugenio estudió química en la Universidad del Zulia (LUZ) y por vicisitudes de la vida, tuvo que abandonar la carrera en el octavo semestre. Él ha hecho de todo, fue cajero de un banco y llegó a sub-gerente. Con las prestaciones de su renuncia en el banco compró un par de taxis y tuvo que aprender mecánica cuando su flota creció y así no depender de los “piratas” que nunca reparaban los carros a su gusto. A la larga, vendió los taxis y se hizo especialista en refrigeración. Hoy en día Eugenio tiene un taller mecánico a donde llevo lo que me queda de carro y hace servicios y reparaciones de equipos de refrigeración. Al final, hoy tengo un buen mecánico que me arregla los aires acondicionados de la casa, algo así como un dos por uno. Lo único que Eugenio no hace es arreglar los aires acondicionados de los carros ¿raro no?

Un día montados en el techo de casa, nos pusimos a conversar mientras le hacía mantenimiento a “la unidad”. Hablábamos de lo precaria que estaba la actividad científica en el país, de algunas de sus experiencias en LUZ y como en esa época (los 90) los profesores investigaban sobre esto o aquello. A mí, ciertamente la conversa me parecía fascinante; una delicia hablar de ciencia con mi técnico en refrigeración mientras uno se cocina en el techo de una casa en Maracaibo a eso de la una de la tarde.

Con el pasar del tiempo, Eugenio me fue enseñando como hacer el mantenimiento de los equipos, medir la capacitancia o el amperaje de los componentes, y hasta compré un juego de manómetros y una bombona para recargar los compresores de gas. En fin, para ser un extranjero en tierras zulianas ya tenía bastante conocimiento del tema. Ya, a estas alturas, Eugenio solo va a la casa para limpiar los aires (yo no tengo los quipos para eso) y por lavar tres aparatos en unas dos horas me cobra treinta mil bolívares. Las otras veces que lo veo es porque llevo mi cacharro a su taller.

La última vez que lo vi, volvimos a conversar como de costumbre sobre la situación actual de la academia, adelantos tecnológicos de su interés y otras tonterías; en una de esas le pregunté si nunca pensó en terminar la carrera de química. Eugenio sonreído como siempre me contestó,- ¿Y para qué? Si tuve que enseñarte casi todo lo que se sobre aires acondicionados porque no puedes pagarme-, prefiero seguir en lo mío y acostarme temprano que corregir exámenes y tesis.

Tenía razón. Si cobráramos las horas de trabajo como lo hace Eugenio, probablemente la situación del desarrollo científico tecnológico sería diferente. Cualquier científico, académico o profesor universitario sabe que las 8 horas que “tenemos” que trabajar no son suficientes. Generalmente, una vez que nos vamos del laboratorio (suponiendo que por un milagro lo hagamos a las 4:30pm) y que culminamos con nuestras labores de padres, nos toca otra jornada nocturna planificando experimentos, corrigiendo tesis o exámenes, escribiendo propuestas para proyectos o artículos científicos.

Si Eugenio trabajara las 8 horas del laboratorio, unas 2 horas de leer la tesis del estudiante que esta por graduarse antes de acostarse y 1 hora adicional a las 4:00 am para leer unos artículos científicos de interés para sus próximos experimentos, estaría cobrando unos 165.000 bolívares diarios. Algo así como unos 4.5 millones mensuales.

¿Les parece mucho? Saque la cuenta mi estimado lector. Si convierte ese sueldo en los dólares que se consiguen en el país se dará cuenta de que ese es más o menos el sueldo promedio de un científico en casi todas partes del mundo. Actualmente los profesores y científicos venezolanos cobran en el mejor de los casos unos 120.000 bolívares mensuales. Bajo ese escenario ¿Usted cree que Eugenio alguna vez corregiría un solo examen?

Los que sí corrigen exámenes son miles de profesores universitarios y científicos de instituciones adscritas al mismo ministerio que a punta de vocación y esfuerzo mantienen vivo el pensamiento creativo y libre. Increíblemente y en contra de todo pronóstico muchos continúan produciendo nuevos conocimientos que serán de provecho para nuestra patria en un futuro no muy lejano. En algunos foros pareciera que tener vocación y trabajar por amor a la ciencia es un pecado, incontables veces hemos escuchado a demasiados burócratas burlarse de las peticiones de sueldo justo para los académicos porque al final, nosotros trabajamos por amor y no por dinero. Pues vaya para todos los colegas que siguen trabajando en pro de una mejor Venezuela mis saludos y respetos. El futuro está cerca y tendremos una nueva oportunidad de enrumbar a nuestro noble país hacia destinos de progreso.


Dados los hechos del día de ayer 20 de Octubre sobre la suspensión por parte del CNE de la recolección de firmas, no me queda más que despedir este espacio recordando que tenemos un compromiso con nuestros hijos, estudiantes y nuestra patria. No los defraudemos y mantengamos el espíritu de lucha. Mandela una vez dijo “Después de escalar una gran colina uno se encuentra sólo con que hay muchas más colinas escalar”.


4 comentarios:

  1. He leido con sumo interés cada uno de sus artículos de opinión con muy buenos argumentos originados en la experiencia científica y en la observación empírica, muy buena mezcla para sacar conclusiones al mejor estilo Quino con sus diversos personajes.
    Todos son excelentes, y motivadores como para lanzarse a realizar alguno que otro comentario, pero el disparador de mi humilde ejercicio de meterme en lo que te invitan públicamente, ya que hay una llamada que suguiere "Publica un comentario en la entrada" pero que si llega a caer mal te responderán con un mecánico y lacónico "gracias por su comentario que será publicado cuando sea evaluado por el moderador" sumado a una posible respuesta tipo reclamo si el comentario no es del agrado del dueño del blog. pero, en fin, decidí arriesgar el no me conocen para pasar a ser un posible mirá a este tipi, quién lo pensaría.
    Ahora sí voy al grano.
    Vivo en este pais desde hace más de 35 años, hasta trabajé en Luz (la Universidad del Zulia)..cofundador de la escuela de educación física de la Facultad de Humanidades. Allí laboré un año exactamente en las mismas instalaciones derruídas actuales, le hablo de 1979, que estaban en el mismo mal estado que luego en 1989, cuando la visitaba al llevar a mi esposa a clases, igual que en 1999 cuando la visitaba para participar en algún evento, y exactamente igual que en 2003 cuando decidí estudiar comunicación social y más igual todavía en 2011 cuando mi esposa cursó la maestría y se graduó en socio semiótica del discurso y, sin variación alguna, salvo la conclusión de algunos edificios que después de décadas se terminaron, y, aunque parezca absurdo, invariablemente igual que cuando mi suegro se graduó en la primera promoción de comunicadores sociales por allá la lejana década de 1960.
    ¿Po qué traigo a colación esta descripción? Porque salvo honrosas excepciones los profesores que si ganaban importantes ingresos para la década de 1980 por ejemplo, sufrían de cierto negacionismo que los paralizaba volviéndolos abúlicos, perdidos en las luchas políticas para ver con quién negociaban para apuntalarse en cargos de poder dentro de la universidad y cómo lograban concatenar largos períodos en el exterior para cursar maestrías, doctorados y post doctorados en locaciones prestigiosas, pero vacíos de ideas para traspolar sus conocimientos dentro del claustro.
    tristemente, profesor, la masividad del esfuerzo científico parece que termina en la intrafrontera craneal de cada quien, quienes esperan la caida del cielo de algún rayo de luz que los toque con la fortuna, y esto está a la vista en el caso de Luz, por ejemplo.
    ¿Qué calificativo se le pindría a una estructura universitaria que contando con más de 700 hectáreas propietarias, una comunidad permanente de más de 50 mil personas, granjas, haciendas, centros veterinarios y profesionales de toda índole y especie que la viven cotidianamente y no han logrado estructurar sistemas productivos, generación de riqueza y apropiación de conocimiento como arma para generar ingresos por concepto de regalías? y perdón la extensa pregunta mal elaborada pirque la escribo desde mi móvil.
    la respuesta creo que es evidente...el consabido ejercicio interno de los actores de la comunidad universitaria general que está adherida a una existencia burocrática y paquidérmica.
    Aquí, según mi pobre criterio está el disparador de la mediocridad y abulia, y no en si se recogen las firmas o no para seguir viviendo igual o peor que ahora, o igual o peor que antes.

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    1. Gracias por su comentario. Siempre son bien recibidos me gusten o no si son escritos sin ofensas. Estoy muy de acuerdo con usted en muchos de sus planteamientos. De hecho pronto escribiré algo con respecto a la verdadera reforma universitaria que hace falta (por supuesto desde mi punto de vista). Sin embargo hay gente que ha podido sobresalir a pesar de el monstruo paralítico en el que se ha convertido la universidad venezolana en su conjunto. Para ellos siempre va mi consideración y admiración. Gracias de nuevo por sus comentarios y espero que siga participando

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    2. Por cierto para todos los lectores. La función de moderación de los comentarios de este blog están inhabilitados. Por lo que, cualquier cosa que escriban estará disponible inmediatamente

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  2. Completamente cierto mi estimado Ernesto, muchas veces llego a mi casa, molido de haber trabajado todo el dìa, sumando el viaje casi diario a Cabimas, para muchas veces tener que llegar a sentarme en el computador a escribir algùn proyecto, artículo, presentación, evaluar, entre otras cosas. Nuestros sueldos no se justifican con la labor que desempeñamos los cientifícos y docentes en el país, ganarías màs dinero como bachaquero, algo completamente bizarro.

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